La OACI ha publicado el 05 de mayo de 2020 un Boletín Electrónico (EB 2020/27)
La pandemia de COVID-19 ha resultado en un número considerable de muertos y ha planteado preguntas sobre la repatriación de restos humanos donde la persona murió de la enfermedad en el extranjero. Generalmente los restos humanos NO son infecciosos y no transmite enfermedades. Sin embargo, cadáveres de personas que han muerto por contagio las enfermedades pueden presentar un riesgo de transmisión, pero a un nivel más bajo que el de las personas vivas, excepto las virales fiebres hemorrágicas (como Ébola, Marburgo) y el cólera.
La transmisión de COVID-19 relacionada con el manejo de restos infectados podría ocurrir a través del contacto directo con superficies corporales, tejidos, fluidos o sus aspirados donde está presente el virus, o por contacto directo con superficies, ropa u otros efectos personales contaminados. Mejores prácticas para evitar la infección por COVID-19 bajo estas circunstancias incluyen el uso apropiado del equipo de protección personal (EPP) y una exhaustiva descontaminación de superficies y materiales que han estado en contacto con los restos.